Bienvenidos

Bienvenidos a la realidad del mundo irreflexivo, bienvenidos a la orilla del mar nocturno con el que divago continuamente, bienvenidos al eterno nombre, a los sueños, a la luz, al tiempo. Bienvenidos...

domingo, 16 de noviembre de 2008

PELUSAS DE SOL

Detrás de la imagen del agua del espejo, queda sólo una sombra trémula y fugaz, casi imperceptible, que se dice ser todo mi pasado, que presume de conocer todo lo que mis ojos han visto, y mi corazón ha atesorado. Yo me aparto del estanque en calma, de la luz, y corro sendero adentro, cada vez más adentro el monte verde y espeso del tiempo. Las hojas hacen un techo fuerte que tamiza la luz y cae a mis pies una llovizna de pelusas de sol, y olores de olvido.



Ahí, en medio del Todo conozco a la Nada. El silencio me invita a desafiar la puerta de mis temores y entrar a la casa ha tanto tiempo olvidada por mi corazón: mis recuerdos. Vacilo unos segundos. No haré bien al destruir la quietud sabia y delirante de este día de espejismos y divagaciones. No entraré a ese recinto porque no tengo nada qué buscar en mí, no tengo preguntas para responder. Ni tengo batallas qué librar en mis adentros.



En el cielo, sólo una estrella es fuente de mis interrogaciones, y mis temores, y mis batallas. Pero este lucero misterioso, que hace poco tiempo ha llegado ante mis ojos, no tiene nada qué venir a pedir a esta tierra de sagrada lejanía. Trato de huir de mí misma, y escapar a la tentativa de redención que me ofrecen las sombras frías y húmedas de las cavernas, tierra muy adentro. Pero la estrella me mira, con ojos de ilusión, para que procure desarmar sus filos con estas palabras llanas y pequeñas, que nada tienen de guerreras en la senda milagrosa, que es el análisis de toda la vida.



Concluyo que me daré una oportunidad. Al pisar lentamente el suelo verde y centelleante de mi hogar, caigo en cuenta de que he sido muy feliz, y que he vivido la vida como siempre he deseado hacerlo, que he planeado y he cumplido mis planes, que he luchado y he ganado las batallas; también me doy cuenta que mi cuerpo tiene cicatrices de derrotas, porque no hay peor lesión que la que se hace uno mismo en su debilidad, en contradicción con las palabras ajenas que alaban tu fortaleza. Me doy cuenta que he sido una persona muy débil, muy insignificante, una pequeña y casi inexistente partícula de luz en medio del universo y, tal y como estas pelusas de sol caen a mis pies, así también ha caído mi alma a los pies de mi destino.



Me doy cuenta que ha muerto en mí de manera bastante prematura la seducción por la belleza, el poder, el dinero y el éxito. Me he quedado con cosas tan sencillas como insignificantes. Mi ser es tan simple y elemental como una piedra, como una pequeña piedra. Paso mis ojos por esta vida, y sólo acierto escuchar el trino de victoria del día y el discurrir de la vida que es eterna; fuera de mis ojos existe el mundo, pero dentro de mí se desfiguran los contornos, y llego a la tierra prometida. No tengo nada que me ate a lo que me rodea. Estoy sentada en una piedra escuchando el latido violento de mi corazón, y esta es toda la verdad que encuentro.



Pero arriba, inquieta y aún ilusionada, la estrella fulgura con más fuerza. A pesar de ser pleno día, siento un rayo de su luz -que es una conjugación de espejos del astro de la vida- besarme lentamente las mejillas. Pienso que el hombre se ha creado un mundo bastante aprisionado, que le sofoca el alma. Al final de cuentas noche y día no son contrarios, sino complementos, momentos de éxtasis de la vida, ciclos ilesos de fragmentaciones irreconciliables. A pesar de ser día, mi ser siente vibrar la noche, y todos los planetas cantan sus canciones universales en sus voces siderales.



Entonces creo que mi búsqueda no está destinada a mirarme a mí, sino a todo lo que me rodea. Pero mis ojos son falsas palabras, que no me quieren hacer palpable la verdad, porque cada cosa, planta y animal parecen ser otra cosa a la que siempre he imaginado. Los pájaros de mi alrededor se pintan ante mis ojos como criaturas extrañas, cosa nunca antes conocida, y entonces creo revelar el verdadero ser de esas criaturas, o quizá estar aún más lejos de lo que siempre he conocido.



-No puede ser que todos pasen por la vida mirando un pájaro y no verlo- me he dicho- Son tan extraños y tan diferentes a lo que todos hemos conocido…



Creo entonces que los seres humanos hemos nacido bajo el signo de la mentira. Y que hemos sido educados para forjar el mundo que nos circunda a nuestra imagen y semejanza. Todo lo que encontramos lo hacemos humano, o en el mejor de los casos, le damos nuestras significaciones. Tal es la suerte de estas tristes palabras, que creen expresar figuras borrosas de hermosas e increíbles realidades, palabras cazadoras de mariposas frágiles y reales y mágicas, palabras aprisionadoras de materia intangible. Pienso también que nos hemos conformado a aprender las palabras para designar las cosas, y nunca nos hemos tomado la molestia de echar un vistazo a la vida para comparar la realidad de nuestros conceptos. Vivimos imbuidos en un mundo de oscuras falacias que siempre hemos aplaudido como verdades.



Entonces, alrededor mío, toda la selva se estremece. Yo quiero mirar con los ojos limpios, como si nunca conociera la selva, para entrar a su corazón y mirarle realmente tal y como es. No como los humanos me han enseñado a conocerla. Entonces se forja en mi mente una fotografía perfecta ¡Oh, Equilibrio Divino y Belleza Espiritual! Trémula de excitación al contemplar la majestuosidad del monte verde y albo que me rodea siento danzar mi sonrisa con esa primitiva devoción de los hombres de las cavernas.



Cuán hermosa debió ser la vida cuando nada se conocía. Cuando todo era silencio. Y sólo el canto de la vida y la muerte dominaban los senderos. En ese entonces cuando el hombre aún no existía, y cuando ya eran labradas por el Creador todas las cosas, imagino que se podía escuchar la conversación amistosa y en armonía de todas las estrellas, y los planetas, y los animales y las plantas.



Pero ahora el Hombre no conoce más que lo que quiere conocer, y cierra sus ojos a la enseñanza amorosa de todo el Universo, que con su voz lenta y centelleante de polvo celeste, quiere revelarnos el secreto de nuestra verdadera identidad, la formula de todos nuestros anhelos.



La estrella se agita palpitante, y también lo hace mi corazón. Sentada en esta piedra, en medio de la Nada del Todo de las conjugaciones de la Existencia y la Inexistencia, pienso que no soy nada más que estas pelusas de sol que caen a mis pies. Así de efímero y delirante es mi camino. Pequeño y elemental, como la piedra; Frágil y Excelso como el tallo de la espiga…



Llego de nuevo al agua del espejo, y esta sombra ya no es sombra, sino fantasma que parte hacia la noche. A mis espaldas queda la puerta de mis recuerdos. Creo que por tanto pensar se me ha olvidado que también soy parte de los humanos, y que su sino también es el mío, lo veo tatuado en mi frente, su maldición es la mía, y me persigue. Quiero salir de esta selva para descubrir que hay más allá, pero tengo miedo de enfrentarme nuevamente a mi raza, porque no la comprendo. La estrella permanece en el cielo, un poco triste, porque ha comprendido que sus seducciones me han hecho otra herida más en el alma.



Entonces borro los caminos, enmudezco, quiero hasta quitarme estos ojos y deshacer la memoria. Porque sigo pensando en el mismo sentido literal y monótono y pobre, como lo han hecho todos los de mi raza. Quiero irme lejos de la ignorancia que me acecha, porque comprendo que es toda una farsante. Yo quiero ser parte nueva del conocimiento. Pero por querer comprender, quizá arriesgue mi propia vida, más ¿Qué es la vida cuando no se tiene un Sentido? La realidad es bastante triste, porque tampoco existe un Sentido, sólo existe esta constante expedición hacia las tentativas de algún Sentido…

2 comentarios:

Unknown dijo...

¿Cuál es la expedición póstuma a alguno de tus sentidos? ¿Por que nos conformamos con los sentidos ya conocidos? ¿Podemos darnos cuenta que las pelusas del Sol sean un sentido diferente paratu misma raza? ¿Y si el amor es un sentido?
Saludos!!!! tu admirador secreto

Contemplación General dijo...

La creencia de ser lo que se es, porque es el resultado de creer lo que se fue y vivir con la esperanza de creer lo que será. Pobre humano tan destinado a la mediocridad de sintetizar y cristalizar en simples y llanas palabras tan estruendoso e indescriptible canto universal.
Pelusas del sol que se esparsen sin rumbo, que vienen y van; que apesar de la noche siguen ahí.
¿cómo formatear la cosmovisión y contemplar sin identificaciones, sin ataduras, sin razonamientos la hermosa selva que tanto anhelas conocer?
¿Cómo salir de tanta insignificancia, de tanta subjetividad? tal vés en verdad este a sido nuestro destino; caminar sin ningún sentido.
tu amigo, Willhem.



PD. también amigo de tu admirador secreto =)