Bienvenidos

Bienvenidos a la realidad del mundo irreflexivo, bienvenidos a la orilla del mar nocturno con el que divago continuamente, bienvenidos al eterno nombre, a los sueños, a la luz, al tiempo. Bienvenidos...

miércoles, 2 de marzo de 2011

Historia de un amor







Has sido mi primer amor. Te recuerdo aún antes de poder pronunciar tu nombre. Podía verte entre los rayos de sol y las frescas hojas verdes aquellas mañanas infantiles. Escuchaba tu voz en la suave brisa, y reconocía tu poder en las olas del mar.



Ahora que lo pienso bien, siempre estuve enamorada de ti. Traté de conceptualizarte para aprehenderte, pero siempre te me escabulliste de las manos, sólo quedaba en mi el latir suave y acompasado de un suave beso de viento y sal, hojas secas de otoño, flores naranjas de flamboyanes y almendros.

Te recuerdo aleccionando mi corazón en los caminos. Cada partida, cada regreso. Las cosas nuevas que la vida me fue presentando poco a poco. Eras quien me instruía. Reconozco que nunca me soltó tu mano. Aún a pesar de mi rebeldía seguiste amándome, infranqueable. Cómo pensar que aún antes de que existiera ya me habías amado. Y a pesar de mis malas decisiones, y de la oscuridad de mis días más difíciles, siempre cantaste a mi corazón canciones de consuelo, y seguramente lloraste a mi lado cuando la tristeza convertía en pan de ceniza mis días.

Has sido mi primer amor. Esta noche viene a mi mente aquella tarde de noviembre. Era 2005, bien recuerdo. Año de muchos cambios, pañuelos de adiós y despedidas. Año de encuentros fortuitos y afortunados. Año de luz. Sentada en la terraza de doña Cheba, era la primera vez que salía al patio. El olor de la casa me provocaba múltiples sensaciones. Mi alma despierta estaba completamente receptiva. Aquella tarde estaba como ahora: sola completamente. Recuerdo sentarme a ver el cielo y sentir el frío de aquella tarde-noche. El viento cortaba la piel de mi cara. No podía mover las manos. Inmóvil, pero inquieto mi corazón, recuerdo aquellas palabras que seguramente te tomaste demasiado en serio: “¿Sabes? Quiero enamorarme de ti, quiero ser tu novia, quiero deleitarme sólo en tu amor…”

El porqué llega a mi mente esta escena justo ahora, poco lo comprendo. Lo cierto es que hoy me llamas, me sientas a tu lado y me permites contemplar el cielo repleto de estrellas. Tantas cosas han pasado, pero la vida es un espiral y tal vez hoy estoy parada justo sobre ese momento sideral, estaca de luz en mi historia. Tantas cosas pasaron después de eso. Sería imposible enumerarlas. Recuerdo que traté de conceptualizarte a través de una religión, pero mi intento fue vano. Tan sólo cuando comencé a vivirte y escucharte palpablemente en mis caminos pude romper las cadenas de la ley que habían cercado de hielo mi corazón.

Las heridas habían hecho una fuerte capa sobre mi piel. Beso sobre beso. Justo como mi insensibilidad en la mano derecha, casi podía asegurar que mi alma no podría sobrevivir a tantos golpes, ni sentir de nuevo la alegría de ver el sol nacer, y mi corazón palpitar completo de amor y dicha. Para tratar de completar mis vacíos comencé a encadenar a un hombre a mi lado. Error tras error. Y sin embargo, fueron días largos, llenos de emoción y sorpresas. Pero la emoción se acabó, y al final de cuentas sólo quedó más vacío. Entonces retorné al camino antiguo. Débil línea de azar y canto. Te recordé como te recordaba, con tu voz poderosa de todos los tiempos. Me conocí como fui conocida: sencilla, elemental, pura.

Y volví a tu lado, como aquella tarde de noviembre. Aún me mirabas a los ojos. Ni siquiera tuve que decir que regresaba… has sido mi primer amor, te he conocido desde siempre. Tomar la decisión de amarte no fue propiamente mía, tú me has amado desde un principio, y este amor están grande, tan profundo, tan fuerte, que a pesar de ya no tener nada para dar me sigues sonriendo, y me das tu mano confiando que podré levantarme.

Hay algo que es diferente desde los cinco años atrás que han pasado: ahora soy libre, antes estaba sola y no podía cargar con mi soledad, pero ahora soy como los que sueñan, y ya no vivo más en la pesadilla que se levantó para golpearme, sino camino por calzada de paz, sin temor, sin tientos. Ya no quiero conceptualizarte, ya no quiero más encuadrarte en una religión que oprime, ya no quiero repetir tu nombre, sólo quiero vivirte, amarte, ser feliz.

...No me canso de ver tu respuesta cada vez que pregunto ¿me amas?

lunes, 24 de enero de 2011

Letras muertas

...En memoria de tu recuerdo...

................

Han pasado cuatro días, días convertidos en años, años convertidos en desesperación. Me arrancaron media vida, llevarónse mis letras, se alejan mis palabras y mi corazón me dice: “no declines”, mi mente me atormenta: “piensa en ella”, lo que queda de mi responde: “estás loco”, a lo que el yo fragmentado afirma con severidad: “así es, ella está en mi sombra”. La distancia simboliza la purificación de un veneno que me hace ser más racional y menos sensible, un veneno al cuál yo estoy dispuesto a morir, morir lento, fluye en mis venas, la muerte lerda hace feliz al hombre. ¿Entonces como podré vivir sano y ser feliz?, no podré jamás, el amor y la razón son antítesis, pero llegan a hacer acuerdos, síntesis, eres tú. No recuerdo lo que pensé ayer, pero recuerdo que tu nombre se escribía en cada rincón de la habitación lánguida, serena, húmeda, probablemente recreaba el escenario de una esquina, vacía, pero llena de ti; no explico la ciencia de la soledad, ¡un momento!, mi conciencia piensa, algo extraño ocurre, alegorías dice mi alma, mi corazón no está conmigo, tú lo has llevado, está contigo. Ahora la ansiedad inunda mi pensamiento, es como una jauría sedienta de libertad, mi pecho persigue el latido fuerte del corazón, no lo alcanza, la penumbra de mi mente corrobora la imagen del yo fascinado por el tú, por el corazón, mi corazón. Con ganas de besarte, con ganas de acariciar tus pechos, mi vida en virtud te espera, no como el sol apacigua el tiempo con la llegada de la luna, sino como la fe espera a la razón. Sigo en sombras, noche oscura pero iluminada de la luz, ¡luz de emancipación! gritaría el poeta desolado, ¡luz de vida!, termina la prosa infinita del profeta, ¡luz de amor!, canta el alma de un niño.

Entre la filosofía y la distancia, existe un vacío que espera, ser encontrado por un vacío del abismo, con sabor a tú, con sabor a mi corazón. Regrésalo pronto. Mi ser es incompleto, mis fuerzas exiguas, solo el recuerdo, el maldito recuerdo de mi inconsciencia, de mi olvido, de mi sinrazón, el bendito recuerdo de tus ojos, de tu cuerpo, de nosotros.

Le washawarawa14