Azul.
Emerges del
misterio.
Huellas
húmedas sobre la árida región silenciosa.
Abres
lentamente la puerta azul de los recuerdos: canciones sin memoria.
Estar contigo
es abrir un paréntesis azul en la linealidad de mis tiempos.
Te recuerdo,
como se rememoran los sueños de antaño.
Siglos de
luz, frágil palabra en los cristales.
Tu compañía
es azul: Como algo que se va y no se olvida,
El rastro de
un ave en las sendas escondidas del firmamento,
El indicio de
un barco en la región azul de los mares.
Pensar en ti
es como esta puerta que contiene detrás tantas cosas.
Pensar en ti
es azul.
Pensar en ti
es regresar a los jardines del tiempo.
Suspiro en el
silencio,
Rosas sin
espinas,
Rastros
luminosos,
Tu voz, que
no se olvida…
Saber que te
conozco un poco más cada vez que te veo.
Y aprehendo
tu imagen,
Y transfiguro
los tiempos.
Saber que
sigue vivo este recuerdo azul en la noche inmensa.
Y queda tu
espacio firmemente resguardado.
A salvo en mi
memoria,
Seguro entre
el silencio.
Y caminar a
tu lado es como distender eternidades.
Podría pasar
una vida contándote los pasos.
Y seguir
sonriendo cada vez que te sorprendo abriendo tu corazón,
Dándome la
mano,
Dibujándote
un beso.
Emerges de la
tibia quietud donde estabas dormido.
Estar contigo
es azul:
Como un
atardecer en el mar,
Como una zona
transparente.
Estar contigo
es el azul de las cosas que perviven.
Casi puedo
escuchar el latir en tu pecho.
Por ello
duermo tranquila.
Regresan las
canciones a anidarse en mis labios.
Dibujo para
ti estas letras que se van con el aire,
Y guardo la
esperanza de recuperar una sonrisa,
Cada vez que
te pronuncie.
Cada vez que
este azul te recuerde.