Bienvenidos

Bienvenidos a la realidad del mundo irreflexivo, bienvenidos a la orilla del mar nocturno con el que divago continuamente, bienvenidos al eterno nombre, a los sueños, a la luz, al tiempo. Bienvenidos...

viernes, 18 de octubre de 2013

Tú estás


Tú estabas ahí cuando se encendió mi estrella, en medio de la noche y el silencio de los mares.

Tú estabas ahí cuando mi corazón latió por primera vez, como una onda expansiva de canciones siderales.

Tú estabas ahí cuando aprendí a sonreír, cuando descubrí el sol, cuando mis piernas fueron fuertes y corrí libre por un campo verde y húmedo.

Tú estabas ahí cuando el regazo de mi madre era el sitio más dulce, cómodo y perfecto. Cuando en los brazos de mi padre me sentía segura y poderosa.

Tú estabas ahí cuando tarareaba la vida en el timbre de una bicicleta. Cuando dormía bajo los árboles, cazaba peces en el mar, cuando podía hablar con la selva.

Tú estabas ahí cuando mis ojos no lograban aprisionar la belleza de las noches de luna y constelaciones de estrellas, cuando extendía mi mano al infinito y podía tocarte.

Tú estabas ahí cuando también llegó el dolor. Cuando conocí la ausencia, el vacío y la desesperación. Cuando llegó la tormenta a azotar mi puerta y mi cuerpo fue aplastado bajo la violencia.

Tú estabas ahí las tardes que guardé silencio mordiéndome los labios, llena de miedo, con ansias de huir, ganas de matar o de morirme.

Tú estabas ahí ante las cosas que no comprendía. Estabas ahí, afirmando mi voz y mis pasos. Guardando mi tiempo, y mí espacio.

Tú estás aquí, justo ahora que trato de conceptualizar mis heridas, estás de pie tranquilizando mis constantes cuestionamientos, abriendo ventanas donde se acabaron mis salidas.

Tú estás aquí justo ahora que me da miedo seguir adelante, que me debato a muerte con la vida en el areópago de los delirios.

Estás aquí. Y descubro que poco importa lo que fue o lo que fui, que ya no importa lo que soy o que seré. Me basta hallarte en esta tarde. Estas aquí.

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