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Bienvenidos a la realidad del mundo irreflexivo, bienvenidos a la orilla del mar nocturno con el que divago continuamente, bienvenidos al eterno nombre, a los sueños, a la luz, al tiempo. Bienvenidos...

viernes, 12 de noviembre de 2010

Compro un par de besos que me pertenecían

Te compro un beso.

Camino largo. Lloro en silencio.

En esta gran ciudad casi nadie parece percatarse de mí.

Sólo Tú me sigues los pasos y examinas, mientras mi corazón sangra y se resiste a entregarse completamente.

Camino largo. Pronto será de noche.

Por ello pido comprar un par de besos que has perdido, para no codiciarlos en cada beso que me mira e interroga.

Las luces más tenues iluminan la calle desierta.

Sólo un par de rosas con espinas.

Compro un par de besos que han surgido, quiero encontrarlos, hacerlos míos.

Me lastima la ausencia de tu dolor.

Canta en mi corazón algo llamado melancolía.

Y mi latir se posa en unos ojos claros.

Silencio.

Tu amor.

Despierto.

Ya sin ti puedo mirar el horizonte más nítidamente.

Compro los besos que me pertenecían, para no codiciarlos, indebidamente.

Compro tu amor, compro tu tiempo.

Compro tu espacio, tu decisión, tu aliento.

Tal vez no sepas otro lenguaje para el intercambio, por ello te compro, te pago cada recuerdo.

La ciudad parece cada vez más sola.

Pago por un poco de comprensión en las tardes vacías.

La habitación, silencio.

Mi tiempo, sin horas.

Sólo Tú me das un beso, sencillo, eterno.

Cada amanecer reacomodas mi alcoba.

Acaricias mi pelo mientras me recuerdas que aún existe esperanza.

Y quiero también comprender Tú amor.

El frío azul rompiendo como olas.

Y me quedo sin ti.

Con cada vez menos ansia de tenerte.

Cierro mi corazón.

Regresan los centinelas.

Cerrojos sin puertas.

Guitarras sin esquinas.

Organizo una fiesta de soledades.

Brindemos todos por esta nueva oportunidad en la vida.

Beberé de esta copa rota.

Al final, la vida será esta lluvia de fragmentos. Esta oscilación entre lo que me dices y aquello que no entiendo. Tu voz de eternidad rompiendo los siglos. Tu camino. Tú venda. Tu estigma.

Lo cierto es que me pesa mucho menos el equipaje.

La ciudad gris.

Lloro en silencio.

Estos besos que rondan me señalan, me asfixian.

Quisiera destrozarlos, huir o salir corriendo.

¿Por qué has permitido esta derrota?

Yo era tan feliz con sus mentiras.

Camino largo.

Muchos ya han muerto.

Regresa la noche.

Te compro un beso…

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